Nuestra facultad de atención nos afecta de múltiples formas.
La atención, tiene un impacto profundo en nuestro carácter y comportamiento, la capacidad para fijar la atención dispersa, una y otra vez, es la verdadera raíz del juicio, el carácter y la voluntad.
Nuestra percepción de la realidad está estrechamente relacionada con aquello en lo que centramos la atención. Solamente lo que merece nuestra atención nos parece real, mientras que aquello que ignoramos, independientemente de pueda ser más o menos importante, parece desvanecerse por su insignificancia; muchas cosas de las que no nos damos cuenta ejercen una poderosa influencia en nuestra vida y en el mundo en general. Pero al ignorarlas, no las estamos incluyendo en nuestra realidad. Realmente, no las registramos como existentes en absoluto.